miércoles, 11 de agosto de 2010

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El llamado Siglo de Oro de la literatura en lengua castellana es, en realidad, un período de ciento sesenta y cuatro años, que abarca desde la proclamación de Carlos I como rey de España, en 1517, hasta la muerte de Calderón de la Barca, en 1681. Dentro de este período pueden distinguirse dos movimientos culturales, artísticos y literarios, de los cuales cada uno se desarrolló en una centuria distinta.
El Renacimiento es uno de los movimientos artísticos de mayor prestigio en todas las épocas. Ya de por sí su nombre es eufónico y contiene, además, un significado noble. La palabra renacimiento procede de "renacer", "volver a nacer", por lo cual sugiere un período de sombra o de muerte entre dos nacimientos: el primer nacimiento se asocia a Grecia y Roma en la Edad Antigua; el segundo nacimiento (el Renacimiento) es la resurrección de la cultura grecolatina, olvidada o desatendida durante la Edad Media.
Sin embargo, el Renacimiento no surgió en todos los países al mismo tiempo ni tuvo los mismos caracteres ni igual implantación. En el caso de España, el espíritu renacentista no se impuso hasta el reinado de Carlos I (1517–1556), a pesar de que durante el siglo XV se había producido una serie de cambios en la mentalidad y en la cultura que tuvieron reflejo en la literatura.
El Renacimiento español tuvo dos fases bien diferenciadas:
  • Una fase de apertura, en la que la cultura española sintoniza con la cultura europea. Se corresponde con el reinado de Carlos I.
  • Una fase de hermetismo, en la que España se vuelve sobre sí misma y se cierra a toda influencia exterior. Se corresponde con el reinado de Felipe II.
También el teatro evoluciona de forma notable durante el siglo XVI. La distinción entre teatro religioso y teatro profano sigue vigente durante toda la centuria.
  • El teatro religioso continúa ligado a las festividades de Navidad y de Pascua, pero a la vez que se potencian las representaciones del Corpus Christi. A lo largo del siglo irán desapareciendo los contenidos profanos de las fiestas religiosas, afirmándose el carácter doctrinal de estas representaciones.
  • El teatro profano tuvo dos vertientes:
    • Una vertiente culta, representada por las tragedias que imitaban el teatro clásico y por obras de asunto histórico o legendario.
    • Una vertiente popular, que desarrolla las tendencias festivas y costumbristas ya presentes en el teatro de Juan del Encina. El representante más destacado del teatro popular fue Lope de Rueda, creador del género de los pasos.
El paso es una pieza muy breve que se incluía en la representación de obras más largas y dramáticas con el fin de avivar el interés de los espectadores. En él se presenta una situación cómica que suele estar protagonizada por un personaje simple: el bobo. Del paso surgirá, en el siglo XVII, el género del entremés. 

Una obra representativa de la época: La Celestina

Se llama también Tragicomedia de Calisto y Melibea y es una obra dialogada en prosa que no se puede representar en el teatro debido a su gran extensión y a su estructura.

La primera edición (Burgos, 1499) tenía 16 actos; la de Sevilla (1502) 21 actos; en la edición de Toledo de 1562 se le añadió un acto más.

El argumento

En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea para corromper la Celestina para que se enamoren.

Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la cuidad, a la bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar a su criado Sempronio. Éste le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que suavice la aspereza de Melibea.

Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su esquivez y la joven corresponde a Calisto. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son apresados y muertos por la justicia.


Vista de un teatro